jueves, 31 de julio de 2008

Dibujos de antes de dormir


En la fila de al lado, entre los que esperaban para documentar su vuelo hacia No-se-que-destino había una mujer normal. toda ella media: de estatura, de complexión, de edad...
Y a su lado, un pequeño. Piernas delgaditas, shorts, sandalias, cachucha, quizá seis años. Pero el rostro... a la distancia solo era claro que algo andaba muy mal. Lentes sobre unos ojos asimétricos y la carne del rostro que había crecido en todas direcciones sin control, haciendo una voluminosa masa que impedía distinguir dónde empezaba el cuello o terminaba la cara.
Uno solo atisba, como ver un atardecer inaprensible o la muerte ajena. Y no obstante ahí están, viviendo su propio mundo. ¿a dónde, por qué, qué esperan?...
Si el dolor fuera transferible, quizá el mundo estaría más pasmado por el espanto de lo que lo está.
...

O quizá sí que lo es. Tal vez es transferible el dolor pero también lo es el placer. Entonces a la humanidad la sostiene una gigantesca, delicada y fluctuante ecuación de secreciones de euforia y angustia.
Unos minutos después, daba a Ernesto un último abrazo antes de que se perdiera de mi vista tras la puerta de acceso a las salas de espera. Ayer cumplió sus dieciocho años. No esperó mucho para emprender el vuelo solo e ir en pos de sus propias preguntas, de sus propias respuestas.
Tengo un hijo entrando a la licenciatura, mayor de edad, en muchos sentidos mejor que yo a su edad. Intento entender qué significa eso exactamente.

4 comentarios:

Vidita dijo...

CAray habia escrito un comentario tan bello...jajajaja

Bueno, resumo: describes bien el sentimiento de separación con los hijos cuando se van a hacer su camino, pero sabes que algo de ellos se queda contigo y miras atras y sabes que lo has hecho bien pues es mejor que tu a su edad...ojala cuando yo llegue a esta etapa com mi güerita hermosa no termine llorando como siempre lo hago...

Mil felicitaciones y tiene razon yo lo conoci a usted aca en Toluca hace 8 años no 12 jajajajajajajaja

Ahhh chirrion como me fallan las matemáticas, ora entiendo porque me embaracé :P

Mil bechotes

patricio.betteo dijo...

Tu cerebro observando y desmenuzando y concluyendo me resulta muy familiar. Igual que el talento con el lápiz.

Que Ernestito ya cumpla 18, eso me soprende un poco. Buen viaje, pues!

Hablando de edades cerradas, ¿querremos que llegue septiembre?

Un abrazo. PB.

Octavio Jimènez dijo...

Gotas pesadas de aceite parece el tiempo a veces pasa tan lento que parece que no pasa, pero cuando pasa ni mos damos cuenta, mejro que tu tú hijo, depende ricardo, tiempo al tiempo, siempre queremos que a los nuetros le vaya mejor que a nosotros, ojala y con ese deseo bastara, y no que no pensaramos que todo tiempo pasado fuera mejor.
Tiempo al tiempo, Ricardo, al tiempo.
¿Ya leiste mis comics?

Ricardo Peláez Goycochea dijo...

V: ¿y qué le pasó a tu comentario?
Pues sí, ando en etapa fatalista, creo me está cayendo el viejazo de sopetón.
PB:Pfff!, septiembre... sí, claro que quiero que llegue y también muchos septiembres más, los más que se puedan,... hay que merecerlos, exprimirlos, arrebatarlos, desquitarlos...
O: Un espeso aceite, una gelatina densa incluso... o agua ligera y cristalina, ambas cosas es el tiempo, segun si estamos fuera o dentro de él. Para que, finalmente, solo nos tengamos a nosotros mismos y al aquí y ahora.
... luego el tiempo vendrá y (nos) lo borrará (a) todo(s)