Dic 30
Voy al banco para preguntar un asunto de un depósito que le hice a Ernesto, muy orondo con mi cámara seminueva tomando fotos, embelesado con la anatomía urbana.
Click, click, click y más click.
De regreso tomo unas fotos en el pesero al copiloto del chofer, un niño que me recuerda a la fierecilla del boomerang en Mad Max 3, pongo mi libro en el asiento de al lado y cuando me bajo, me percato de que lo he dejado arriba. Estoy en el cruce de Céfiro y Peri y pego la carrera como alma que lleva el diablo atrás del pesero que afortunadamente termina su recorrido en la parada del Metrobus, trescientos metros más adelante. Mientras corro, recuerdo que atrás de mí, solitario, solo quedaba un pasajero y pienso que es muy poco probable que haya visto el libro. Los primeros 100 metros debo haberlos hecho en 9.85 segundos pero los 200 restantes como en tres minutos y medio por el agotamiento casi instantáneo de las energías en el primer golpe adrenalínico. Todo empieza a palidecer a mi alrededor, los sonidos se atenúan y el pecho arde como si respirara ácido.Pero el impulso es más fuerte y no caigo extenuado. Cuando llego a la base, el pesero no está, pregunto a un controlador dónde se estacionan y me dice que en la "prebase", por los mausoleos, como medio kilómetro más adelante. Idiota, como el recorrido que de hecho hizo el pesero fue una herradura, si hubiera cortado por una de las calles transversales lo habría interceptado. Pero justo enfrente hay un sitio de taxis, el del hospital, me subo y le explico al chofer la situación. Vamos tras el pesero que por lo visto no se detuvo en la "prebase", debe haber seguido. Finalmente lo alcanzamos prácticamente donde lo tomé por primera vez. Tiene ya como 12 pasajeros, me subo y le pregunto al chofer si ha visto un libro, justo estaba subiendo los hombros haciendo gesto de "quién sabe" cuando una seño, desde el asiento en donde yo iba, levanta la voz y me pregunta: ¿es éste?
martes, 30 de diciembre de 2008
lunes, 22 de diciembre de 2008
El trabajo de la semana
Unas viñetas para un libro de texto de la Editorial Norma (curioso, se juntan aquí este trabajo y el del Prisionero para la misma edtorial con años de diferencia)
Las moscas son para una lectura, el Tutan para otra, los árboles para otra, la rana para otra, la momia para otra (descaradísima la influencia de Mignola) y finalmente los caballitos de Troya para una más. De esta hice primero la de la izquierda pero luego pensé en la otra versión, que me gusta más, tenía ganas de hacer algo así.
Me he divertido cantidad, buen fin de año laboral.
Prisionero de las Lomas
jueves, 18 de diciembre de 2008
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Tres comics infantiles inéditos
lunes, 15 de diciembre de 2008
Diálogo matutino con León
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